Cruzas varias puertas, varias cámaras, varios funcionarios. Te llevan a una sala con varias personas más, todos tenéis el mismo destino. Es una sala fría con sillas de hierro y ventanas rotas de otras personas que han estado allí en otro momento por las que se ve una valla y detrás de ella gente dando vueltas. Te pasas el día entero esperando, pasando de persona en persona sin saber qué es lo que te vas a encontrar allí dentro. Prepárate para entrar en el mundo donde no existen los días, donde vivirás con la esperanza de que te den un día de salida libre ya que tu final allí se ve muy lejos. Un día libre donde podrás disfrutar de aquellas cosas que antes no valorabas. Patear por paisajes diferentes y ver caras desconocidas.La cárcel de Mansilla no se parece a otras cárceles de España, por sus talleres, gimnasios... que de vez en cuando te evaden de lo que estás viviendo, pero la rutina se vive día a día, y quizás el tiempo acabe lesionando las mentes de los más débiles.
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